07 abril 2008

madrid

hoy huele a pasado, en la colonia de una mujer a la que adelanto; a presente, en el frescor que reparten las flores y el asfalto después de una gran lluvia y también a futuro en el viento al mover mi pelo cuando camino.

siempre he sabido que era una ciudad de paso, donde estaba claro desde el comienzo que no pasaría el resto de mis días.
llevo ya aquí más de un año y aún no tengo divisada cuál es esa ciudad que me espera.
en realidad no tengo claras muchas cosas que intuyo importantes.
a veces pasan por mi cabeza principios donde asentar bases más sólidas. pero tan pronto como llegan, se van.

soy una persona de decisiones débiles. de ilusiones acrecentadas. y de sueños imposibles. infinita ingenuidad, ilusión centesimal.
hay quien dice que es parte mi encanto, pero no he visto a nadie capaz de vivir de eso, a no ser que además se tenga el carisma suficiente para liderar una banda de rock que le lleve a una a la ciudad más recóndita del mundo donde hay un único fan capaz de tararear tus letras en sueños, en la ducha y en una reunión de trabajo.

en fin, que divago.

a veces me urge saber de antemano qué van a deparar las acciones que lleve a cabo, porque la necesidad de hacerlo o no se reinventa en ansiedad.

1 comentario:

Pablo Esteve dijo...

Curiosamente es mi ciudad de acogida y no hay mar que valga y debo fijar la mirada en otros gestos que de alguna forma me hagan transitar por la vida con un sonrisa. Ahí está el metro, las manos que se tocan y se excusan, las conversaciones varias, el ruido de las puertas cerrándose y abriéndose...Saludos desde la esfera de los tés y las conversaciones largas.