16 junio 2015

else's words

Ella

Ella es voraz y veraz, dos virtudes que amo y que son mucho más que un juego de palabras. 
Ella vuela, con las piernas abiertas, y me lleva tan alto que hace tiempo que perdimos el miedo de caernos. 
Ella me hace sonreír, incluso cuando no toca. Y cuando toca, toca rugir y celebrarlo a carcajadas. 
Ella es un misterio de seda, un escándalo de tejados no apto para propensos a marearse en las alturas.
Verla comer con apetito de náufrago, oírla reír o gemir como mil primaveras, saborearla hasta el exceso. 
Tocar, de su misterio, el terciopelo.
Que, de repente, le de un ataque de amor y se vuelva el koala más sexy de esta selva. 
O que te mire como ella mira, te vea guapo y se te borren de la cara todas las derrotas reales o imaginarias. 
Cuando se agarra a mí como a un tablón en alta mar.  Y en realidad me está salvando. 
No sé por qué le llaman polvo, si con ella es luz y fuego y aire, y la tierra queda siempre tan abajo. Ella está hecha de un material tan especial, que te cambia la vida cuando la tocas.
Abrazarla desnuda es como bailar en el aire, sin más música que la que vamos improvisando al respirarnos. 

Abrazarla, desnuda, es remar contra el tiempo y ganarle. 

Ella tiene un sólo defecto: Yo. 
Y hasta eso le queda bien.

1 comentario:

Esther dijo...

Cuántos sentimientos hay, de vez en cuando entro y te leo, espero que no te moleste. Te quiero