05 junio 2015

la asombrosa Amy

no me gusta que me juzguen. no si no caminan sobre mis zapatos. 
no me gusta la condescendencia ni mucho menos la compasión hacia mí.
soy una persona terriblemente indecisa así que mejor no poner en tela de juicio la decisión que haya tomado. un mundo me habrá costado. seré yo la primera persona que siempre piense que debería haber elegido la otra opción. 
ejemplo:
- entonces Badalona y Calella y ya no hay más playa?
- Mar Bella, Badalona y Calella. y no, no hay más playa.
y entonces mi cabeza empieza a girar.
el famoso "y si.." que trastorna mi vida.
¿por qué debería hacer las cosas de otra forma? 
como si a la gente realmente le importase que yo haga una cosa u otra.
como si a alguien le importasen las cosas que escribo aquí.
tengo algunas convicciones muy fuertes y ciertas ideas muy claras. pero puedo tener algo muy meditado en la cabeza y estar llorando a moco tendido porque estoy haciendo lo contrario. 
vivo entre un mar de dudas y otro de lágrimas.
la eterna balanza que rige mi signo zodiacal me impide encontrar ningún tipo de equilibrio, al menos para mí. soy capaz de buscar la paz, de evitar el conflicto para el resto del mundo, siempre que no me afecte directamente. 
además, como buena hija pequeña (voy a hacer que ésta sea la explicación), necesito aprobación para cualquier cosa que vaya a hacer. es como si mi opinión no fuera importante ni siquiera para mí.
ejemplo 2:
veo una alfombra preciosa para mi nueva casa. sé que a una de mis hermanas y a mi madre no le convencen las alfombras pero, aún así, tanteo su opinión. 
¿conclusión? no tengo alfombra.
¿conclusión 2? soy imbécil.
¿conclusión 3? la culpa es mía.
¿por qué iba alguien a hacer por mí lo que yo hago por todo el mundo? empatizar, ponerse en mi lugar, pensar en mí.
la gente no es así, todo el mundo es egoísta por naturaleza. y no les culpo. sólo que a una persona que tiene 0 de egoísmo, la situación, por estúpida que sea, le abruma.

la asombrosa Amy. la Amy vengadora.

No hay comentarios: