-Estaban todas esas cosas que le digo. Ella escribía casi cada día y luego dejaba el diario por ahí. Lo hacía adrede, quería que yo lo leyera. Y yo lo leía. Luego lo dejaba en su sitio. Nunca hablábamos de ello, pero los dos lo sabíamos. Las cosas fueron así durante un buen tiempo. Era mucho más que dormir juntos, o que hacer el amor. Era algo muy íntimo, ¿me comprende?
—Sí.